El "poder del amor" en la boda del año: los duques de Sussex

Buenas tardes a todos!!

Como ya os prometí en el último post de Instagram (@beacfprotocolo) pronto iba a haber nuevos posts en el blog y es que, tras estos meses de no parar, vuelvo a la carga llena de nuevas curiosidades que contaros.

Hoy no podemos hablar de otra cosa y creo que por el título del post de hoy sabéis de lo que vamos a hablar... ¡SÍ! La boda de los nuevos duques de Sussex. Vamos poquito a poco porque tengo muchas curiosidades que contaros...

1. El título y tratamiento de los recién casados: 

Su Majestad, la reina Isabel II le concedió al príncipe Enrique el título de duque de Sussex, conde de Dumbarton y barón Kilkeel. A raíz de estos títulos, Meghan Markle se convierte de este modo en duquesa de Sussex. Los hijos que ambos tengan tendrán los títulos que ostenta el propio Enrique. 

Para poneros un poco en situación, y puesto que a mí me encanta la historia, os explico: el ducado de Sussex fue concedido por Jorge III a su sexto hijo, Augustus Frederick, allá por el 24 de noviembre de 1801. Como curiosidad os cuento que el príncipe Augustus se casó dos veces. La primera vez fue con Lady Augusta Murray en 1793, cuando todavía él no era duque de Sussex. Tras este matrimonio, se casó de nuevo con Lady Cecilia Gore en 1831. Ambos matrimonios se realizaron en contra del Acta de Matrimonios Reales promulgado en 1772. Los hijos de los matrimonios eran por tanto ilegítimos. Puesto que Lady Cecilia no era mujer legítima, no podía ser recibida en la corte como era correcto para aquellas personas que poseían un título. Es por eso que Lady Cecilia recibe de parte de la reina Victoria el título propio de duquesa de Inverness. Y os cuento todo esto porque, si echamos cuentas y miramos hacia atrás... no ha habido duquesas de Sussex ¡hasta hoy! Exacto, Meghan Markle es la primera duquesa de Sussex. 

En cuanto a los tratamientos, y tal y como se establece en Inglaterra, serán tratados como "Su Alteza Real, el duque de Sussex y Su Alteza Real, la duquesa de Sussex".


2. El vestido de Meghan Markle:

Blanco, escote barco y de Clare Waight Keller para el atelier de Givenchy, una auténtica sorpresa (yo apostaba por mi favorita, Stella McCartney, y como veis me confundí). 

53 flores diferentes decoran el velo de tul de seda de 5 metros de Meghan, que hacen referencia a los 53 países que conforman la Commonwealth y que son las flores típicas de estos. Es aquí donde se ve claramente el papel clave que tendrán los duques de Sussex en la Commonwealth durante los próximos años. ¡Pero no solo eso! Meghan decidió colocar también dos de sus flores "favoritas": la wintersweet (que es la flor que crece en el palacio de Kensington) y la California Poppy (que proviene del país natal de la novia). Utiliza de esta forma la flor de su origen y la flor de la que será a partir de ahora su nueva casa. Entrelazando las flores, el trigo, que simula la austeridad. 

La tiara es la "Queen Mary of the United Kingdom Filegree Tiara", que pertenecía a la reina María, casada con Jorge V y que es abuela de la reina Isabel II. El broche central tiene 10 diamantes y fue recibido por María de Teck, del condado de Lincoln, en 1893, cuando se casó con el príncipe Jorge, duque de York. En el año 1932, se acomodó el broche a la tiara. Meghan llevaba, así mismo, pendientes y un brazalete de Cartier, que completaba de una manera formidable el conjunto. 

3. El traje de Enrique:

Se barajó la posibilidad de que Harry acudiera de chaqué, pero finalmente acudió vestido de militar (y he de decir que me encantó que fuera así). En concreto llevó el uniforme de caballería Blue&Royals de la Guardia Real, como la etiqueta de este tipo de ceremonias marca: chaqué para hombres, Gran Etiqueta para militares y, por correspondencia, vestido o traje de chaqueta por la rodilla o midi, que tanto se lleva ahora, para la mujer. El protocolo social siempre adaptándose a las circunstancias. 

Harry en concreto llevaba el uniforme de gala de capitán de la Caballería Blue&Royals de la Guardia Real. Os voy a poner aquí mismo una foto que encontré en Twitter de la cuenta @CanoRodriguezMA en la cual nos explica perfectamente qué lleva en concreto el traje del ya duque de Sussex:


4. La capilla de San Jorge:

Fue construida en el S.XIII por Jorge III y es de construcción gótica. 

Meghan caminó desde la entrada de la capilla por un pasillo que, aunque parecía realmente amplio, es bastante angosto, que va desde la entrada hasta el coro. El coro está plenamente dedicado a los Caballeros de la Jarretera, que es la orden de caballería del Reino Unido y que así mismo es la más antigua del mundo. Las banderas que se pueden observar en la foto, en parte alta de la capilla son las que representan a todos los Caballeros de la Jarretera actuales, incluido al padrino de la boda, el príncipe Guillermo. En el techo de la capilla, que es absolutamente maravilloso, hay un guiño al famoso Enrique VIII, que completó la construcción de la iglesia hace 500 años, que se dice pronto. 


La familia de la novia se sentó a la izquierda y la familia del novio, Familia Real, estaba sentada a la derecha. El novio igualmente estaba al lado derecho y la novia, del mismo modo, a la izquierda, visto desde la perspectiva de la foto. 

5. La entrada de Meghan:

Se ha venido comentando mucho quién llevaría al altar a la nueva duquesa de Sussex: que si su madre, que si ella sola, que si el duque de Edimburgo,... Finalmente, apenas unas horas antes de la boda se confirmaba que sería el príncipe Carlos quien llevaría a Meghan Markle al altar, a través de un comunicado del Palacio de Kensington. Aunque no todo acabó aquí. El príncipe Carlos recogería a Meghan a la mitad del pasillo hacia el camino al altar. Es decir, solamente caminarían juntos por el coro porque el camino desde la entrada por la nave central lo haría ella sola. Sí, sola. Y estaba absolutamente espectacular. La verdad es que se solucionó de una forma extraordinaria. A la entrada, y si no me equivoco, (si es así, corregidme) fue recibida por el Deán de Windsor y el reverendo David Conner. 


6. La sobriedad de Kate y la ausencia de su tercer hijo

Es más que evidente que Kate Middleton siempre domina el arte de la elegancia, la sofisticación y la sobriedad en los eventos. Tanto es así que, en la boda de los ya duques de Sussex, la duquesa de Cambridge fue una de las más aplaudidas, tanto por su sobriedad como por su elegancia. Llevó un vestido/abrigo amarillo de su diseñador estrella: Alexander McQueen, que había repetido para otras ocasiones. Entre ellas: el bautizo de la princesa Carlota y la fiesta de cumpleaños de la reina Isabel II. 

El gran ausente, al menos para mí: el príncipe Luis, que nació como recordaréis el 23 de abril de este mismo año y que no acudió al enlace imagino que porque apenas ha cumplido el mes y es pequeño para este tipo de acontecimientos sociales. 


7. La discreción de la reina Isabel II:

Tal y como aposté, la reina Isabel II vistió de verde. En concreto fue un verde lima en seda, aunque también añadió amarillo y lila al vestido estampado que llevaba por debajo del abrigo en el mismo tono verde de Stuart Parvin y un tocado a juego de Angela Kelly. Aunque el vestido no fue de lo más discreto, sí lo fue su discreción en la boda, ella se sentó en la segunda fila del coro de la capilla. Y hubo un detalle en el que todos nos fijamos: el hueco vacío en la primera fila de la capilla, en el lado derecho del coro. Hay quien me ha dicho que es porque a la reina Isabel II no se le puede dar la espalda y he leído en algún medio que es un hueco dejado a propósito en honor a Lady Diana, princesa de Gales. Que queréis que os diga, a mí me parecería un detallazo si, como he leído en algunos medios, ese hueco está ahí en honor a la madre del novio. Si alguien lo sabe, ¡por favor que lo comente, que seguro que es muy interesante!



8. El cambio de la recepción de noche: 



El vestido que eligió Meghan para la recepción que el príncipe Carlos ofreció en honor a los novios en Frogmore House fue un diseño de Stella McCartney en crepé de seda. Esta vez sí que cumplió mi deseo de llevarlo ;). El escote era cuello halter, con mucha sensualidad y movimiento.

Por su parte Harry cambió también el uniforme militar llevando esta vez un esmoquin.

Ambos salieron del Castillo de Windsor y condujeron hasta Frogmore House en un Jaguar E-Type Concept Zero del año 1968 en color azul cielo, que por cierto era absolutamente maravilloso. 
Pero hubo algo más azul aparte del coche, ese "algo azul" fue el anillo que le regaló Enrique a Meghan, que perteneció a Lady Diana, su madre y que nos encanta a todas... y a todos.



9. Las fotos oficiales: 

Recordemos que no son príncipes, no son futuros reyes, son los duques de Sussex. Por tanto, la colocación en la foto no debe ser tan cuadriculada, tan específica, tan regulada. Las fotos oficiales, como veremos un poquito más adelante, son fotos más informales, mucho más familiares y sencillas que lo que suelen ser los retratos oficiales. 

Como es evidente, en las fotos se puede ver la absoluta felicidad que ambos novios demuestran, como es normal. La familia, al igual, contenta y unida, que es la imagen que se quiere siempre trasmitir. Hay una instantánea que me ha gustado muchísimo y que viene siendo común en este tipo de celebraciones, son las fotos con los pajes y damas, los niños, que siempre se muestran dispuestos a sacar una sonrisa a aquel que les está viendo. 

Las fotos, por cierto, fueron tomadas por Alexei Lubomirski, que realizó todas las fotos de la boda como fotógrafo oficial de esta. 

Recalco también la imagen de los novios en solitario, sentados sobre las escaleras en la cual las sonrisas, la complicidad y la naturalidad se palpa por cada milímetro de la instantánea. ¡Preciosas!



Con esto termino el post de hoy, pronto tendréis noticias mías, porque tengo cositas muy interesantes preparadas que espero que os gusten y os llamen la atención. Seguro que sí, preparaos para ver mucha etiqueta en los próximos posts, sobre todo etiqueta histórica y popular... ¡No digo más que lo desvelo!

¡Por cierto, antes de que se me olvide! Hoy es el Día Internacional de la Tiara, así que os animo a celebrarlo como se merece!

Un saludo a todos y... ¡Hasta la semana que viene! 





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